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Chronos
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Cronos
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Se existe um Deus, seu nome é Chronos
e nos pôs aqui a caminhar sobre um fio
de navalha. Os pés sangrando, passos
indecisos, não somos nossos legítimos
donos. E o que julgamos aço é pó, é palha.
Vamos, todos, escravos desse deus
sem rosto. Não o vemos nas sombras
do amanhecer. Dele não temos sinais
nas cinzas do sol posto. Mas ele está
presente em cada suspiro de gozo, cada revés.
Vamos, muitos. Cada um por si e com
as próprias chagas nos pés. Às vezes,
armados de cifras e cronômetros,
sofremos o delírio do comando.
Mas Chronos, o Implacável, o Cruel
entre os Cruéis, sempre dá as cartas
no derradeiro e verdadeiro instante.
e nos pôs aqui a caminhar sobre um fio
de navalha. Os pés sangrando, passos
indecisos, não somos nossos legítimos
donos. E o que julgamos aço é pó, é palha.
Vamos, todos, escravos desse deus
sem rosto. Não o vemos nas sombras
do amanhecer. Dele não temos sinais
nas cinzas do sol posto. Mas ele está
presente em cada suspiro de gozo, cada revés.
Vamos, muitos. Cada um por si e com
as próprias chagas nos pés. Às vezes,
armados de cifras e cronômetros,
sofremos o delírio do comando.
Mas Chronos, o Implacável, o Cruel
entre os Cruéis, sempre dá as cartas
no derradeiro e verdadeiro instante.
Si existe un Dios, su nombre es Cronos
y nos puso aquí a caminar sobre un hilo
de navaja. Los pies sangrados, pasos
indecisos, no somos nuestros legítimos
dueños.Y lo que juzgamos acero es polvo, es paja.
Vamos, todos, esclavos de ese dios
sin rostro. No lo vemos en las sombras
del amanecer.De él no tenemos señales
en las cenizas del atardecer.Pero el está
presente en cada suspiro de gozo, cada revés,
Vamos, muchos. Cada uno por sí mismo y con
las propias llagas en los pies.A veces,
armados de cifras y cronómetros,
sufrimos del delirio de mando.
Pero Cronos, el implacable, el cruel
de entre los crueles, siempre da las cartas
en el último y verdadero instante.
y nos puso aquí a caminar sobre un hilo
de navaja. Los pies sangrados, pasos
indecisos, no somos nuestros legítimos
dueños.Y lo que juzgamos acero es polvo, es paja.
Vamos, todos, esclavos de ese dios
sin rostro. No lo vemos en las sombras
del amanecer.De él no tenemos señales
en las cenizas del atardecer.Pero el está
presente en cada suspiro de gozo, cada revés,
Vamos, muchos. Cada uno por sí mismo y con
las propias llagas en los pies.A veces,
armados de cifras y cronómetros,
sufrimos del delirio de mando.
Pero Cronos, el implacable, el cruel
de entre los crueles, siempre da las cartas
en el último y verdadero instante.
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Kathlyn Sweeny Funámbulo (2015) |
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